La Plaza de Toros de Las Ventas; una inauguración de la izquierda política

Un día como hoy, un 17 de junio de 1931 era inaugurada la Plaza de Toros de Las Ventas del Espíritu Santo de Madrid en la capital española. Para aquellos tiempos la izquierda era la que comandaba la política interna y su molestia por la tauromaquia era negativa. Hoy en día los partidos más afiliados a la república española reniegan de ella.

Cartel de inauguración de la Plaza de Toros de Las Ventas con la bandera republicana.

Entre 1913 y 1920 la tauromaquia adquiere un auge impresionante que como consecuencia dejaba a miles de aficionados a los toros por fuera de las plazas, solo los más pudientes podían ingresar a estos recintos para apreciar el arte de torear. La idea de construir una plaza de toros Monumental fue de Joselito El Gallo ya que en su afán de comprender al pueblo decidió concluir que para que todos pudiesen ver y sentir el toreo se debía construir un sitio gigantesco que reemplazará a la antigua plaza de Madrid.

El diestro decide comunicarse con su gran amigo José Espeliú y este se pone en marcha para idear lo que sería el nuevo coso taurino de Madrid, de la misma forma la familia Jardón cede los terrenos para su construcción a cambio de explotar el coso durante cinco décadas. Estos se situaban en una parte que no era precisamente la mejor de Madrid, ya que era zona de chabolas y población marginal. Además, los accesos no estaban adecuados para un recinto de tales características.

Sin embargo, se siguió con su erguimiento cuyo diseño corrió a cargo de José Espelius, que decidió otorgarle el estilo neomudéjar que hoy podemos observar.

El 19 de marzo de 1920 se colocó la primera piedra y el 17 de junio de 1931 se daría la primera corrida de toros durante el gobierno de la Segunda República Española. Notoriamente la afición a los toros no se perdió durante estos años republicanos y por ello el primer cartel que se saco tuvo plasmado el escudo y la bandera roja, amarilla y morada algo representativo de la izquierda política del país de aquel entonces.

El alcalde de Madrid, Pedro Rico, decide realizar una corrida de toros en beneficio de El Paro Obrero. El festejo fue de ocho toros y los premios se quedaron cortos.

En el cartel Diego Mazquiarán «Fortuna», Marcial Lalanda, Nicanor Villalta, Fausto Barajas, Luis Fuentes Bejarano, Vicente Barrera, Fermín Espinosa «Armillita Chico» y Manolo Bienvenida. Solo Fortuna daría una vuelta al ruedo.

La divisa de Juan Pedro Domecq se estrenó aquella tarde, cuyas raíces son del Duque de Veragua. Se lidiaron toros de: Juan Pedro Domecq, Julián Fernández, Manuel García-Aleas, Concepción de la Concha y Sierra, Graciliano Pérez-Tabernero, Andrés Sánchez (Coquilla), Indalecio Rincón y Agustín Mendoza, «lo que se conoce como Conde de la Corte».

Como dato adicional, cabe anunciarse que los festejos taurinos empezaron a darse los domingos debido a que la empresa de Las Ventas para aquellas años creía que era el día propicio y libre para que los obreros fuesen a ver toros.

Después de aquella corrida engalanada con toda apología izquierdista de la que se enorgullecían las autoridades rojas no se volvió a dar toros hasta 1933 debido a que las entradas no estaban rematadas, para aquel año se hizo la corrida de las mises (con Nicanor Villalta, El Estudiante, Maravilla y el rejoneador Simao da Veiga, en vísperas del concurso de Miss Europa en el Círculo de Bellas Artes) y la de la Asociación de la Prensa, organizada por el crítico Clarito. Se enfrentaron a ocho toros de Carmen de Federico los rejoneadores Antonio Cañero y Algabeño y Armillita Chico y Domingo Ortega. Ambos cortaron los orejas a un toro.

Para 1934 Juan Belmonte fue el primer torero en cortar un rabo en la catedral del toreo a un toro de Carmén de Federico. La primera temporada completa (aún sin feria) se celebró en 1935 y en 1936 se interrumpió por la guerra civil. Tras un parón de casi tres años, se reabrió el escenario taurino en mayo del 39.

La bandera republicana alguna vez se izo en la puerta grande de Las Ventas y los obreros fueron pieza clave del sostenimiento de la fiesta, hoy en día el PCE y el PSOE reniegan de su historia a la que tanto le hacen apología. La izquierda ha dejado mucho al mundo del toreo pero de la misma forma esa izquierda ha olvidado lo que dejó y su lucha se convirtió en la destrucción de lo que construyó.

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